Buscar este blog

viernes, 22 de octubre de 2010

PROPUESTA METODOLÓGICA PARA LA ENSEÑANZA DE LA MODALIDAD ENVIÓN A TRAVÉS DEL MÉTODO INVERSO

La utilización del método inverso para la enseñanza de la halterofilia no es utilizado en Venezuela durante la iniciación de esta disciplina , el único país que se ha escrito sobre este es cuba, aplicado en provincias como Matanzas donde se discutió la propuesta en el año 2007 como tesis de maestría por el actual máster en ciencias Adalberto Martínez ,posteriormente se realizo otro trabajo de maestría llamado “ método inverso una opción para el principiante” por lic.jorge Luis Matienzo actual comisionado de la provincia de Matanzas , este método ha revolucionado en cuanto al tiempo de aprendizaje de la técnica ,logrando un aprendizaje en un corto periodo de tiempo ,tradicionalmente el tiempo que se dedica a la enseñanza es de 6 meses aproximadamente y con esta propuesta puede tener una duración de un mes es decir 4 semanas .

Este método prepara a los atletas en desarrollar las capacidades físicas y motoras y las capacidades coordinativas como es la orientación espacial,equilibrio y coordinación.

Comienza la enseñanza de forma inversa es decir desde su parte final hasta su parte inicial como agarre y entrada a la barra .

Los profesores deberán utilizar la propuesta como guía metodológica para la enseñanza.

En las 20 clases dedicadas para el desarrollo de la técnica del envión se debe:

1-realizar con pesos muy bajos y las tandas oscilen de 3 a 6 con 4 a 6 repeticiones por ejercicios.

2- no se buscara rendimiento o fuerza en los levantamientos.

3- en la primera semana se trabajara a un nivel grueso y la corrección de errores se basara en los objetivos de la clase.

4-El profesor deberá unir todos los elementos técnicos en la cuarta semana donde realizara envión clásico y sus variantes.

5- se buscara coordinación de brazos y piernas en los halones , coordinación y velocidad del desliz, en el desliz en tijera se trabajara equilibrio en el cajón del atleta en cuclillas profunda del clin.



Métodos utilizados en la enseñanza de las modalidades clásicas de la halterofilia


Método de repeticiones

Verbal

Fragmentario

Global

Tradicional

Combinado

Inverso




METODO INVERSO

ENVIÓN DEL PECHO Ò TIJERA (HOMBROS)


*Manos en la cintura ejecutar un pequeño salto en tijeras (define como reflejo incondicionado que pierna adelantara en la posición de la tijera.

  1. Saltos hacia arriba con la barra sobre el pecho

  2. Asaltos al frente con la barra en los hombros.

  3. Fuerza en tijeras

  4. Tijera estática.

  5. Semi - Envión (sin flexión de las rodillas)

  6. Tijera frontal.

  7. Tijera estática de clin( barra en los hombros)

  8. Empujes de fuerza (por delante y por detrás )

  9. Empuje chino (por delante y por detrás )

  10. Envión desde los hombros

  11. Envión de parales (por delante y por detrás )

  12. Fuerza parado por delante con agarre de envión.


CLIN O CARGADA

*Saltos hacia arriba desde la posición colgante (dominio del halon)

  1. Cuclillas por delante

  2. Remos con agarre medio y pases de codo.

  3. Halon de clin colgado con la barra por encima del nivel de las rodillas y desliz en cuclillas.

  4. Posición inicial y (despegue nivel de las rodillas)

  5. Posición inicial, despegue, fase inicial del halon, Entrada de las rodillas bajo la palanqueta o amortiguación e impulso final del halon.

  6. Clin tijera.

  7. Clin Clásico (primero Lento) e ir incrementando la velocidad a medida que la palanqueta sobrepasa el nivel de las rodillas.

  8. Clin de fuerza

  9. Híper clin

  10. Clin sobre tacos

  11. Halón de clin

  12. Halón de clin colgado

  13. Clin sin desliz

  14. Clin con semi – desliz


SEMANA 1

Objetivo General: Los atletas se familiaricen con las posturas básicas para el envión y que conozcan algunos términos utilizados.

Objetivo especifico: Observar las posturas

Duración: 4 semanas

Intensidad muy pequeña

Método: global – Fragmentario

Frecuencia de entrenamiento: 5 veces por semanas.

Tiempo de las clases: 45 minutos



Clase #1

Enseñanza de posturas básicas

  • Entrada a la palanqueta.

  • Colocación de los pies ( en forma de V)

  • Colocación de las piernas(a la anchura de las caderas).

  • Abducción de las rodillas durante el descenso.

  • Conservación de la posición del tronco.

  • Posición de la cabeza (vertical, vista al frente).

  • Agarre (medio).

  • Sujeción( gancho)

Enseñanza de la tijera o envión del pecho


  • Posición Inicial(desde el pecho)

  • Colocación de los codos.(codos a los lados).

  • Vista al frente.

  • Desplazamiento (tijera)

Ejemplo clase del día

Saltos hacia arriba con la barra desde la posición de clin (pecho). 5 x 3

Semi - envión 4 x 32.

Sentadillas de pecho. 8 X 3.

Saltos vertical elevando los talones y extendiendo las Rodillas


Conclusiones


  • Con este sencilla propuesta de enseñanza los profesores pueden lograr que sus alumnos obtengan un aprendizaje de la técnica de los ejercicios competitivos bastante bueno en dependencia a la sistematicidad y cumplimiento de cada una de los objetivos clase de enseñanza


  • Esta propuesta tiene duración de 4 semanas de trabajo con 5 frecuencias semanales y 20 clases de enseñanza al Lev.de Pesas.

jueves, 21 de octubre de 2010

Primeros Auxilios antes lexiones en el Deporte

Heridas
Las heridas pueden causar hemorragias e infecciones. En ambos casos, es importante aplicar los primeros auxilios para prevenirlas, pero lo más importante es detener la hemorragia. Las heridas se pueden clasificar en: abrasivas, contusas, cortantes y punzantes.
Las heridas abrasivas o raspaduras: son heridas que se producen por el contacto de la piel con una superficie áspera. Los primeros auxilios para este tipo de heridas, consiste básicamente en limpiar bien la herida con agua y jabón y aplicar un antiséptico, para evitar posibles infecciones.
Las heridas contusas:
Son heridas causadas por golpes con objetos sin punta ni filo. Se presenta una herida cerrada, es decir, no hay hemorragia ni peligro de infección. Se debe aplicar hielo inmediatamente después del golpe, luego, cuando ya se está formando el morado, se colocan paños de agua tibia para que disminuya la hinchazón.
Las heridas punzantes:
Son heridas originadas por objetos penetrantes, como astillas de hierro o madera, clavos, cuchillos y agujas, entre otros. No es fácil limpiar este tipo de� heridas, por lo tanto, es muy probable que se infecten. En caso de que suceda una herida de este tipo, se debe presionar la herida con un pañuelo o simplemente con la mano, tratando de juntar los bordes de la herida y así evitar la pérdida de sangre. Se colocan vendas limpias, si la sangre atraviesa las vendas, se coloca otra encima, nunca se quita la venda anterior. Se requiere buscar atención médica.
Las heridas cortantes:
Son heridas producidas por objetos con filo, como hojillas o cuchillos. Este tipo de heridas sangra abundantemente y se tratan igual que en las heridas punzantes, presionando fuertemente la herida, tratando de juntar sus bordes. Luego se venda la herida para evitar la pérdida de sangre y el paciente debe ser trasladado al centro de salud más cercano.
Las medidas de emergencia en caso de heridas son:
Proteger la herida para evitar la entrada de microbios y gérmenes.
La protección debe hacerse con gasa limpia y no con algodón, fijando los bordes de la gasa a la piel con cinta adhesiva o vendas elásticas.
Si la herida se encuentra en la cara y hay que colocar vendajes, se necesita tener cuidado de no tapar la nariz ni la boca, para permitir que la persona respire correctamente.
Si la herida está en el pecho, se debe evitar la entrada de aire en la cavidad torácica.
Tipos de heridas
Abiertas• Separación de los tejidos blandos• Mayor posibilidad de infección
Cerradas• No se observa separación de los tejidos blandos• Generan hematoma (hemorragia debajo de la piel) o hemorragias en viseras o cavidades. • Producidas por golpes generalmente• Requieren atención rápida porque pueden comprometer la función de un órgano o la circulación sanguínea.
Simples• Afectan únicamente la piel, no alcanzan a comprometer órganos• Raspones, arañazos, cortes, etc.
Complicadas• Extensas y profundas con abundante hemorragia. • Lesiones en músculos, nervios, tendones, órganos internos, vasos sanguíneos y puede o no existir perforación visceral.
Hemorragias
La mayoría de las heridas vienen acompañadas de pérdida de sangre en mayor o menor cantidad. Esta pérdida de sangre se llama hemorragia. La hemorragia se produce por la ruptura de un vaso sanguíneo y se puede clasificar en leve, interna, venosa, capilar o arterial.
La hemorragia leve: se produce en caso de heridas superficiales.
La hemorragia interna: ocurre en órganos internos, como el hígado, bazo y otros órganos, a consecuencia de accidentes graves.
La hemorragia venosa: cuando se rompe una vena, la sangre es de color brillante, brota a borbotones y a intervalos irregulares.
La hemorragia capilar: se produce por la rotura de los vasos capilares y no es grave.
La hemorragia nasal: es la pérdida de sangre por la nariz. En los niños se produce generalmente al introducir los dedos en las fosas nasales, provocando la ruptura de pequeños vasos sanguíneos, o por medio de un golpe.

En general, los primeros auxilios en caso de heridas y hemorragias son:
Cuando la herida sangra mucho, procurar detener la hemorragia lo más pronto posible, apretando con los dedos los bordes de la herida y aplicando enseguida una compresa estéril para facilitar la coagulación.
· Limpiar las heridas con gasa estéril.
Observar si se encuentran objetos extraños en la herida. En caso de que sea así, extraerlos y desinfectar luego la herida con agua oxigenada y otros antisépticos.
Secar la herida con gasa estéril.
En caso de que la herida sea leve, aplicar un antiséptico eficaz (agua oxigenada o alcohol) usando para ello un aplicador.
Si la hemorragia es nasal, ejercer presión con los dedos sobre las fosas nasales durante cinco minutos y colocar la cabeza hacia atrás.
Precauciones:
No tocar la herida con los dedos.
No poner algodón sobre las heridas.
Colocar una cura o gasa adhesiva.

martes, 19 de octubre de 2010

Entrenamiento Pliométrico para Niños: Hechos y Falacias
Avery D. Faigenbaum.
Todos los niños necesitan participar en actividades que mejoren y mantengan su salud cardiovascular y musculoesquelética. Tradicionalmente, se ha estimulado a los niños para que realicen actividades de tipo aeróbico tales como el ciclismo y actividades para el incremento de la fuerza tales como las dominadas. Recientemente, se incrementado la atención en los ejercicios pliométricos para los jóvenes (2, 3, 4). Previamente considerado como un método de entrenamiento reservado para los atletas adultos, preparadores físicos, maestros y jóvenes entrenadores están incorporando el entrenamiento pliométrico en sus clases de educación física y en las sesiones de entrenamiento deportivo.
El entrenamiento pliométrico fue conocido en principio como “entrenamiento con saltos” y hace referencia a un tipo de ejercicio que acondiciona el cuerpo a través de ejercicios dinámicos de sobrecarga (1). El entrenamiento pliométrico característicamente incluye ejercicios de rebote, saltos y lanzamientos de balones medicinales que explotan el ciclo de estiramiento acortamiento de los músculos para provocar el incremento en la potencia muscular. Los ejercicios pliométricos implican un rápido estiramiento del músculo (llamado acción muscular excéntrica) y son seguidos por un rápido acortamiento del mismo músculo (llamado acción muscular concéntrica). El rápido estiramiento y acortamiento del músculo durante la acción pliométrica se conoce como ciclo de estiramiento acortamiento. Incluso las actividades que se realizan en los parques de juego tales como jugar a las tabas pueden ser consideradas pliométricas debido a que los cuadriceps, que se encuentran en la parte frontal del muslo, se estiran excéntricamente durante el aterrizaje y luego se acortan concéntricamente cuando el niño vuelve a saltar. Estas actividades, aunque son juegos, producen el acondicionamiento del cuerpo para producir movimientos más veloces y para incrementar la producción de potencia muscular.
La niñez puede ser en realidad el momento óptimo para implementar ciertos tipos de entrenamientos pliométricos, debido a que el sistema neuromuscular de los niños es en cierta medida “plástico” y puede adaptarse rápidamente al estrés impuesto por este tipo de entrenamientos. Aunque ciertamente los adultos pueden beneficiarse con el entrenamiento pliométrico, la denominada “fase sensible” para la adquisición de destrezas motoras ocurre durante la infancia. Como tal, el sistema nervioso del niño es susceptible de aprender destrezas motoras que involucran actividades tales como saltos, rebotes, skippings, carreras y lanzamientos. Si se pierde esta ventana de oportunidad, el niño que no participe en estos tipos de actividades puede no ser capaz de alcanzarlas durante la adultez. A largo plazo, este niño estará en desventaja cuando llegue el momento de participar en programas de entrenamientos más avanzados, en las etapas posteriores de su vida. Quizás no sea sorprendente observar que los mejores atletas del mundo aprenden a realizar destrezas motoras complejas durante la niñez y la adolescencia.
Mitos que no Desaparecen
Si bien las observaciones clínicas y los hallazgos científicos indican que un programa de entrenamiento pliométrico bien planeado y bien implementado puede ayudar al desarrollo del movimiento en los jóvenes (2, 4), algunos observadores todavía creen que el entrenamiento pliométrico es inapropiado e incluso inseguro para los niños. Desafortunadamente, algunos tienen un punto de vista muy estrecho respecto del entrenamiento pliométrico y solo asocian este tipo de entrenamiento con la realización de saltos con caída desde cajones de 32 pulgadas. Si bien este tipo de ejercicio de alta intensidad puede ser apropiado para atletas adultos altamente entrenados, existen literalmente cientos de otros ejercicios pliométricos, incluyendo rebotes de baja intensidad realizados con ambas piernas, y lanzamientos con balones medicinales livianos (1 a 2 kg), que pueden formar parte del programa de entrenamiento pliométrico para los niños. Otros mitos comunes asociados con el entrenamiento pliométrico para niños se discuten a continuación.

Figura 1. Saltos a los conos con ambas piernas.
Mito. Los niños que no han alcanzado la pubertad no deberían realizar entrenamientos pliométricos.
Hecho. Los niños pueden comenzar con el entrenamiento pliométrico cuando tengan la madurez emocional para aceptar y seguir directivas. Como punto de referencia, muchos niños y niñas de siete y ocho años de edad han participado en programas de entrenamiento pliométrico progresivo durante mucho tiempo.
Mito. Los niños experimentaran lesiones en las placas óseas de crecimiento si realizan entrenamientos pliométricos.
Hecho. Ningún estudio de investigación prospectivo sobre el entrenamiento de la fuerza en niños, que haya sido completamente supervisado y bien diseñado ha reportado lesiones en las placas óseas de crecimiento. Interesantemente, algunos clínicos creen que el riesgo de lesión en las placas óseas de crecimiento en niños prepúberes es en realidad menor que el riesgo que pueden tener los niños de más edad debido a que las placas óseas de crecimiento de los niños de menor edad pueden ser más fuertes y más resistentes a las fuerzas de corte (5).
Mito. El entrenamiento pliométrico es inseguro para los niños.
Hecho. Con una apropiada supervisión y una sensible progresión de la intensidad y el volumen del entrenamiento, los riesgos asociados con el entrenamiento pliométrico no son mayores que los de otras actividades en las que participan los niños. La clave es comenzar con algunos ejercicios sencillos, proveer una adecuada supervisión, realizar estos ejercicios dos veces por semanas en días no consecutivos, y progresar gradualmente a medida que el niño incrementa su confianza y su nivel de destreza. Esto es particularmente importante para niños sedentarios que característicamente poseen niveles subnormales de fuerza y potencia.
Mito. El entrenamiento pliométrico es solo para atletas jóvenes.
Hecho. Los niños de todos los niveles de habilidad pueden beneficiarse del entrenamiento pliométrico. Si bien el entrenamiento pliométrico puede ser utilizado para incrementar el rendimiento deportivo y para reducir el riesgo de lesiones relacionadas con el deporte, la participación regular en un programa de entrenamiento pliométrico puede incrementar el nivel de destreza de niños y niñas sedentarias. En un momento en el que la mayoría de los niños pasan más tiempo frente al televisor que en el parque de juegos, la participación en un programa de entrenamiento pliométrico progresivo puede ser una forma de incrementa la aptitud física y el nivel de salud de la mayoría de los participantes.
Consideraciones para el Diseño de un Programa
El entrenamiento pliométrico es un método especializado para el acondicionamiento que requiere una sobrecarga apropiada, la progresión gradual, y la recuperación adecuada entre las sesiones de ejercicio. Además, los programas de entrenamiento pliométrico deberían incluir la apropiada supervisión de un entrenador, un ambiente de trabajo seguro, y un lento pero estable avance desde la educación a la progresión a la función. Debido a que la realización de un ejercicio pliométrico es una destreza aprensible, se requiere de la apropiada instrucción para asegurar la correcta continuación de la técnica del ejercicio. Los entrenadores deberían ser cuidadosos para cubrir las necesidades, intereses y habilidades de cada niño con el entrenamiento pliométrico. Un programa de entrenamiento pliométrico avanzado para los atletas jóvenes puede no ser apropiado para los niños inactivos, a quienes se les debería dar la oportunidad de disfrutar de los diferentes tipos de ejercicios de saltos, rebotes y lanzamientos. Uno de los errores más serios a la hora de diseñar un programa de entrenamiento pliométrico para los jóvenes es prescribir una intensidad de entrenamiento que supere la capacidad del niño. Es decir, siempre es mejor subestimar las destrezas físicas de los niños que sobreestimar estas capacidades y arriesgarse con las consecuencias negativas (e.g., abandono, lesiones).
Literalmente existen cientos de ejercicios pliométricos que los niños pueden llevar a cabo dependiendo de la experiencia de entrenamiento y de la capacidad del niño. Los niños deberían comenzar con ejercitaciones de baja intensidad (e.g., saltos con ambas piernas o lanzamientos desde el pecho con balones medicinales) y gradualmente progresar hacia ejercitaciones de mayor intensidad (e.g., saltos laterales a los conos, saltos a una pierna) a medida que avanza el tiempo. Además de los movimientos realizados con el propio peso del cuerpo, los ejercicios realizados utilizando balones medicinales también pueden ser efectivos. En términos de series y repeticiones, comenzar con una o dos series de seis a 10 repeticiones con una variedad de ejercicios para las extremidades superiores e inferiores dos veces por semana en días consecutivos, parece ser una recomendación adecuada. Si se realizan múltiples series, se les debería permitir a los niños el suficiente descanso para que repongan la energía necesaria para realizar la siguiente serie a la misma intensidad. A diferencia de los ejercicios tradicionales para el entrenamiento de la fuerza, los ejercicios pliométricos deberían ser llevados a cabo rápida y explosivamente. La tabla que se encuentra al final del artículo destaca algunas guías generales para el entrenamiento pliométrico en niños.
Debido a que la pliometría no está diseñada como un tipo de entrenamiento que pueda realizarse en forma aislada, los programas de acondicionamiento para los niños deberían incluir una variedad de destrezas y ejercitaciones diseñadas específicamente para mejorar los diferentes componentes de la aptitud física. De hecho, la pliometría ofrece mejores resultados cuando está integrada a un programa multifacético que incluya otros tipos de entrenamientos (2). Asimismo, es importante que los niños sean expuestos a diferentes tipos de entrenamientos y que en realidad comprendan el concepto de sesión de entrenamiento. La combinación de los diferentes componentes de la aptitud física no solo es más efectiva y eficiente en términos temporales, sino que este tipo de entrenamiento es más divertido para los niños a quienes les desagradan los largos períodos de entrenamiento monótono. Si bien no existen atajos o artilugios para mejorar la velocidad, la fuerza y la potencia, con la supervisión y la estimulación por parte de los adultos los niños ganarán confianza en sus habilidades para realizar ejercitaciones relativamente fáciles y de esta manera estarán deseosos y serán capaces de desempeñarse a un mayor nivel.
Resumen
Un creciente número de niños están experimentando los beneficios del entrenamiento pliométrico. Además de mejorar las destrezas físicas fundamentales y mejorar el rendimiento deportivo, la participación regular en un programa bien diseñado de entrenamiento pliométrico puede también reducir el riesgo de lesiones en los deportistas jóvenes (2, 4). Aun más, el entrenamiento pliométrico durante la infancia puede construir la base para las posteriores ganancias de fuerza y potencia muscular durante la adultez. Con la supervisión y progresión apropiada la pliometría puede ser un componente adicional de gran valor en un programa bien redondeado para la mejora de la aptitud física de los niños que también incluya entrenamientos aeróbicos, de fuerza y de flexibilidad.

Figura 2. Press de pecho con balón medicinal.
Guía para el Entrenamiento Pliométrico en Niños
• Proveer instrucción y supervisión calificada.
• Utilizar zapatillas con cordones y entrenar sobre una superficie no resbalosa.
• Comenzar cada sesión con una entrada en calor dinámica.
• Comenzar con una serie de seis a 10 repeticiones en ejercicios de baja intensidad.
• Desarrollar la técnica apropiada en cada ejercicio antes de progresar a ejercicios más avanzados.
• Incluir ejercicios para el tren superior y para el tren inferior.
• Progresar a dos o tres series de 6 a 10 repeticiones dependiendo de las necesidades, objetivos y habilidades.
• Permitir la adecuada recuperación entre las series y los ejercicios.
• Realizar los ejercicios pliométricos dos veces por semana en días no consecutivos.
• Mantener el programa original y desafiante modificando sistemáticamente el programa de entrenamiento.
REFERENCIAS
1. Chu D. Jumping Into Plyometrics. 2nd ed. Champaign: Human Kinetics. 1998.
2. Chu D, Faigenbaum A, Falkel J. Progressive Plyometric Training for Kids. Monterey: Healthy Learning. 2006.
3. Faigenbaum A, Chu D. Plyometric Training for Children and Adolescent. ACSM Current Coment (www.ascm.org). 2001.
4. Hewett T., Myer G, Ford K. Reducing knee and anterior cruciate ligament injuries among female athletes. Journal of Knee Surgery, 18(1): 82-88. 2005.
5. Micheli L. Strength Training In the Young Athlete. In E. Brown & C. Branta (Eds.) Competitive Sports for Children and Youth (pp. 99-105). Champaign, IL: Human Kinetics. 1988.

Beneficios Específicos del Levantamiento de Pesas para el Deporte

Clive Brewer, Mike Favre, Linda Low.

RESUMEN

El rendimiento en los deportes de alto nivel está basado en la necesidad de desarrollar la potencia (el producto de la fuerza por la velocidad). Esta base para la generación de potencia en muchos contextos deportivos es el ciclo de estiramiento acortamiento (o respuesta pliométrica). Con el propósito de entrenar el reclutamiento de un número máximo de unidades motoras (una unidad motora es un nervio motor y todas las fibras inervadas por el nervio) los ejercicios multi-articulares y multi-musculares que permiten la máxima generación de fuerza en un tiempo mínimo han sido la piedra angular de los programas de entrenamiento de los deportistas. Los movimientos de arranque y envión y sus derivados, son los principales ejercicios de entrenamiento para el desarrollo de la potencia en el deporte. Si se requiere de una transferencia efectiva entre el la acción de entrenamiento y el rendimiento deportivo, los movimientos utilizados en el entrenamiento tienen que facilitar acciones pliométricas: Esto puede realizarse si el entrenador de fuerza y acondicionamiento le enseña a sus deportistas a realizar una acción de doble flexión de rodilla (DKB) cuando realizan tanto el arranque como el envión. La DKB permite que se transmita una mayor fuerza de manera más efectiva, una mayor transferencia de los efectos de entrenamiento a otros deportes y también es una manera mas segura de realizar los levantamientos con menores riesgos potenciales para la espalda. Este artículo explora la importancia del entrenamiento de pesas explosivo para los deportistas e ilustra la acción de la DKB así como también explica su importancia tanto para la generación de potencia como para la transferencia de los efectos de entrenamiento. En este artículo también se mostrará la primera fase del tirón de estos levantamientos: si esta fase se completa apropiadamente es más probable que la DKB ocurra.

Palabras Clave: entrenamiento de la fuerza, halterofilia, potencia muscular, tasa de desarrollo de la fuerza.

¿Por qué Deberían Realizarse Levantamientos Explosivos con los Deportistas?

Un entrenamiento efectivo de la fuerza para los deportistas comienza con el conocimiento de la mecánica básica de los movimientos de entrenamiento. El análisis kinesiológico (el estudio de las acciones musculares y articulares en un movimiento) de cualquier movimiento deportivo indicará que la base principal de los ejercicios de entrenamiento para la fuerza y la potencia para un atleta deberían ser los ejercicios de cadena cinética cerrada los cuales permiten desarrollar la máxima fuerza en los grandes grupos musculares (especialmente en las piernas, caderas y tronco) en un mínimo de tiempo (Wilk & Reinold, 2001).

La Figura 1 muestra un ejemplo del análisis kinesiológico de una acción deportiva, identificando la naturaleza de las acciones musculares y articulares requeridas para el rendimiento deportivo (y de esta manera las metodologías de entrenamiento para este deporte): El vídeo 1 también muestra la acción de empuje de arranque para el bobsleigh. Observe cuidadosamente la naturaleza de las acciones del tobillo rodilla y cadera durante el ejercicio para de esta manera hacerse una imagen del tipo de entrenamiento que podría necesitar este atleta. Relacione las acciones observadas aquí con las que se observan en el vídeo de los movimientos de levantamiento de pesas.


Figura 1. Análisis kinesiológico del sprint de arranque.

Producción de Fuerza

Está bien documentado que las ganancias de fuerza (la habilidad para generar tensión) y potencia (el producto de la fuerza por la velocidad) son específicas del ángulo de la articulación en la cual se entrena (Durstine & Davis, 2001), y por lo tanto las acciones de entrenamiento deberían ser utilizadas para reflejar la dinámica del rango total de movimiento que el atleta requerirá para el rendimiento en su deporte. Consecuentemente, los ejercicios tales como las sentadillas, el arranque y el envión (y los derivados de estos ejercicios) deberían formar la piedra angular de las rutinas de entrenamiento de cualquier deportista. En efecto existe considerable evidencia que indica que hay un alto grado de eficacia al utilizar estos movimientos específicos de entrenamiento con el propósito de producir ganancias superiores de fuerza/potencia orientadas al deporte (Stone, 1990, Stone et al. 2002b). Estos ejercicios (movimientos de levantamiento de pesas y saltos) también facilitan la incorporación del movimiento de triple extensión realizado por los tobillos, rodillas y cadera, de contra movimientos tanto en movimientos relativamente lentos (sentadilla) como en movimientos muy explosivos (cargadas de potencia, arranque), y también aceleraciones desde partida detenida. Estas características le dan a estos movimientos el potencial para mejorar la eficiencia neuromuscular la cual, a su vez, ha mostrado ser excepcionalmente beneficiosa para el rendimiento en movimientos biomecánicamente similares (Brewer 2003a).

Este tipo de movimientos no solo reflejan los patrones articulares y de reclutamiento muscular impuestos durante la realización de distintas destrezas, sino también los requerimientos de fuerza, potencia y desarrollo de la fuerza de dichos ejercicios son similares a los requeridos en el deporte. Por ejemplo: debido que la técnica es dependiente de la producción apropiada de fuerza, el entrenamiento de la habilidad del deportista para generar fuerza es probablemente la prioridad principal del entrenamiento (factores que influencia principalmente el ganar o el perder) para el entrenador de fuerza y acondicionamiento. La importancia de la generación de fuerza puede ilustrarse por medio de la 2º ley de Newton (fuerza = masa x aceleración). La aceleración es importante ya que traduce en velocidad: la velocidad es un componente vital de la potencia y a menudo es un factor determinante de un rendimiento superior.

Tasa de Desarrollo de la Fuerza

Otra característica importante que acompaña a la generación de fuerza es la tasa de desarrollo de la fuerza (RDF). Es muy importante darse cuenta es que la RDF puede asociarse con la capacidad de aceleración de los deportistas (Schmidtbleicher, 1992), y esto puede ser un factor determinante en la obtención de un rendimiento atlético superior. Los aspectos mas críticos del rendimiento deportivo ocurren en períodos de tiempo muy cortos (<250ms): productid="la RDF" st="on">la RDF, es una parte integral de la producción de potencia y por lo tanto es un componente clave en la determinación del éxito deportivo (Schmidtbleicher, 1992, Stone et al. 2002a).

La importancia del Ciclo de Estiramiento Acortamiento en el Entrenamiento Específico para el Deporte

La necesidad de incorporar ejercicios de fuerza velocidad para deportes de potencia (tales como el arranaque, las cargadas, los segundos tiempos y los derivados de estos ejercicios), y de realizar estos ejercicios a altas tasas de velocidad has sido bien documentado (Stone 2004). De manera similar, cuando consideramos la rehabilitación de lesiones, es necesario asegurar que el sistema neuromuscular esté adecuadamente entrenado para tolerar las tensiones impuestas durante las tareas funcionales (Brewer 2003b). Muchos movimiento explosivos en el deporte (tales como las carreras, las patadas o los lanzamientos) que involucran los reflejos y las propiedades elásticas de el complejo músculo tendón son complejos y por balísticos por naturaleza, incluso cuando son iniciados desde una posición estática. Estas propiedades elásticas permiten que ocurra el ciclo de estiramiento acortamiento. Esto es, cuando un músculo es rápidamente alargado por un estiramiento o durante un contramovimiento, entonces los receptores de estiramiento (los usos musculares y los órganos tendinosos de Golgi) mandan señales al sistema nervioso central, estimulando la contracción concéntrica de los músculos involucrados los cuales se contraen con mayor fuerza a medida que la energía elástica es liberada de las fibras musculares y del tejido conectivo. Este proceso es comúnmente conocido como el reflejo miotático de tracción, el cual es la base de todas las acciones pliométricas.

El entrenamiento de la fuerza máxima por si solo no desarrollara adecuadamente las propiedades elásticas de los músculos, por lo tanto el entrenamiento para el deporte debería no solo estimular utilización de métodos que incluyan el ciclo de estiramiento acortamiento (pliometría), sino también incorporar los ciclos de estiramiento acortamiento en los movimientos de entrenamiento para permitir que el atleta produzca tensiones máximas durante la ejecución de estos movimientos.

Característicamente, la fase de amortiguación o fase reactiva del ciclo de estiramiento acortamiento (la fase de transición entre el estiramiento excéntrico y el acortamiento concéntrico) debería ser lo más corta/rápida posible: esto es algo entrenable siempre que se cuente con adecuados métodos de entrenamiento. El ciclo de estiramiento acortamiento puede observarse en levantadores experimentados cuando realizan tanto el arranque como el envión, y son estas acciones las que deben desarrollar los atletas si se quiere que los beneficios del entrenamiento sean transferidos al rendimiento deportivo (Garhammer 1980). El ciclo de estiramiento acortamiento se produce durante la fase de transición inmediatamente después del primer tirón, y a menudo se lo llama flexión doble de rodilla (dkb).

La Doble Flexión de Rodilla

Tanto en el arranque como en el envión, los movimientos de tirón son utilizados para levantar la barra del piso, por enfrente del cuerpo, hasta un posición en donde el atleta desciende bajo la barra y la coloca sobre la cabeza (arranque) o sobre los hombros (cargada en el envión). En ambos levantamientos, la técnica más eficiente para el tirón es cuando se realiza la doble flexión de rodilla. Esto no solo produce un ciclo de estiramiento acortamiento súbito durante el levantamiento, sino que la posición sin carga también reduce la tensión sobre la espalda (Favre 2003).

Las Figuras 1a, b, y c muestran a Peter Kelly (equipo de levantamiento de pesas de los EE.UU.) realizando un levantamiento de arranque. Esta secuencia de figuras muestra claramente las 3 posiciones claves asociadas a la ejecución de la doble flexión de rodilla.

Posición Inicial

Los pies deben colocarse planos en el piso, las caderas colocadas ligeramente más altas que las rodillas, la espalda debe mantenerse plana y los hombros deben colocarse sobre y en frente de la barra. Los brazos deben estar estirados, con los codos rotados hacia fuera y apuntando en dirección de la barra.


Figura 1a. La posición inicial para el arranque.


Figura 2a. La posición inicial para el envión: las líneas indican la posición del tronco en relación con la barra y el piso (de Favre 2004).

La espalda debe mantenerse recta (con la curva lordótica normal de la columna lumbar). Esto logra tirando los omóplatos uno hacia el otro (“imagine que sostiene un billete de £5 entre ellos”), y empujando el pecho hacia fuera al mismo tiempo (Figura 2a). en efecto, un entrenador que se pare en frente del levantador deberá ser capaz de observar todo el pecho desde adelante. La cabeza deberá mantenerse erguida todo el tiempo.

Primer Tirón

La correcta enseñanza de la fase del primer tirón puede ser la clave para asegurar que ocurra la doble flexión de rodilla. Si se realiza apropiadamente el primer tirón, el deportista tiene una mayor probabilidad de realizar la doble flexión de rodilla (Favre 2004). La importancia de ejecutar correctamente el primer tirón es mover la barra con el mínimo gasto energético, para luego alcanzar una colocación óptima del centro de gravedad y realizar el segundo tirón. La barra debe ser levantada inicialmente sin “mover” o “sacudir” la barra en el piso. La barra se levanta inicialmente moviendo las rodillas (“rodillas hacia atrás”) por medio de una acción de empuje de los pies contra el piso. Mientras tanto el levantador debe haber levantado las caderas y la espalda como una sola unidad manteniendo un ángulo constante entre el piso y la espalda durante todo el primer tirón. Las rodillas se extienden hasta que están en una posición ligeramente por detrás y por debajo de la barra. En este momento, el centro de presión de la barra esta en dirección de los talones los cuales deben mantenerse en el piso.

Final del Primer Tirón

La barra esta a la altura de las rodillas: la barra y el levantador se han levantado principalmente como resultado de la extensión de las rodillas. La espalda y la cadera de los atletas se han levantado “como una unidad”, manteniendo un ángulo constante entre el piso y la espalda, durante toda esta fase del levantamiento. Los hombros del levantador están aún en frente de la barra, con los pies todavía planos sobre el piso y el centro de presión en dirección de los talones (Favre 2004). Esta posición es el comienzo de la doble flexión de rodilla, o fase de transición del levantamiento.


Figura 1b. El final del primer tirón, con la barra al nivel de la parte superior de las rodillas.


Figura 2b. La posición del tronco al final del primer tirón: observe que el ángulo entre el tronco y el piso no ha cambiado.

A partir de esta posición, y sin detener el movimiento ascendente de la barra, el atleta deberá rápidamente flexionar las rodillas y empujarlas bajo y al frente de la barra. Al mismo tiempo, el tronco se lleva a posición erguida, con la barra moviéndose hasta una posición cercana a la cadera por sobre la parte superior del muslo (Figura 1c). El centro de presión de la barra se mueve hacia delante en dirección de la parte media del pie, en preparación para la siguiente etapa.

Final de la Fase de Transición (Doble Flexión de Rodillas)

La Figura 1c muestra el final de la fase de transición del tirón, y es el punto más fuerte del levantamiento. La barra ahora se mueve hacia la parte superior del muslo, y está muy cerca del cuerpo (de hecho, debería toca el muslo). Cuanto mayor sea distancia entre la barra y el levantador, mayor seré el brazo de momento credo entre la masa de la carga y el esfuerzo del levantador. Esto no solo provocará una posición ineficiente desde la cual se debe producir tensión, sino que también causará que el atleta necesite llevar la barra hacia él/ella en posteriores etapas del levantamiento para poder atrapar la barra en una correcta posición.


Figura 1c. El final de la fase de transición del levantamiento.

La Figura 1c también muestra que el ángulo de la rodilla es de aproximadamente 130-140º: Se ha demostrado consistentemente que este ángulo es el ángulo óptimo de la rodilla para generar la potencia vertical en las piernas y cadera (Bartonietz 1996). En efecto, esto puede observarse si usted trata de realizar un salto vertical máximo: La base del componente del contramovimiento en la fase de despegue se correlaciona con un ángulo de la rodilla de 130-140º.

Desde esta posición, la cadera está completamente extendida, el tronco esta casi en posición vertical y el atleta esta en una posición óptima para realizar un movimiento potente de salto, lo que resulta en un potente movimiento de extensión triple por los tobillos, las caderas y las rodillas lo cual permite la continuación del movimiento ascendente de la barra.

Entrenando la Doble Flexión de Rodillas

A lo largo del tiempo, algunos entrenadores han afirmado que la doble flexión de rodilla “solo ocurre” en levantadores experimentados. Sin embargo, es nuestra observación y opinión y de la mayoría de los entrenadores que la doble flexión de rodillas puede ser enseñada, y que la correcta enseñanza de esto resulta en una técnica del tirón mas eficiente (Winchester, et al. 2005). Aunque podríamos debatir acerca de si enseñar o no la doble flexión de rodillas hasta que nos pongamos azules, hay una cosa que no es debatible, el hecho de que la DBK debe ocurrir si el levantamiento es óptimo. Estos levantamientos ofrecen el beneficio de poder entrenar la técnica óptima. Algunos entrenadores le dirán que no se puede enseñar la DKB porque esta es un reflejo de estiramiento. Por ¿por qué ocurre este reflejo de estiramiento? Nuevamente, la técnica del primer tirón fue ejecutada correctamente colocando de esta manera al atleta en la posición apropiada para provocar el ciclo de estiramiento acortamiento: Esto con certeza puede, y debe, ser entrenado. Esperar que el atleta “tropiece” con la técnica como si fuera un “fenómeno accidental” solo provocará que se automaticen patrones motores incorrectos. Somos los que hacemos de forma repetida; por lo tanto una técnica apropiada debe volverse un hábito más que un “fenómeno accidental”.

Es difícil imaginar el mismo enfoque que cuando se enseña una sentadilla, donde muchos atletas tienen problemas para mantener los talones en el piso mientras tratan de descender a lo largo de todo el rango de movimiento. ¿Le permitimos que realicen la sentadilla sobre la punta de los pies debido a que no son capaces de ejecutar el movimiento con la técnica apropiada? ¿que sucedería si los entrenadores de gimnasia tomaran el mismo enfoque cuando enseñan una vuelta mortal, o si los entrenadores de atletismo no enseñaran la correcta posición del cuerpo durante los primeros pasos luego de salir de los tacos, la recuperación de la pierna durante el sprint, o el movimiento de los pies durante el salto en largo? De hecho es difícil encontrar un caso de algún entrenador que no esté esperando desarrollar la técnica correcta en sus deportistas desde el momento de aprender una destreza. Nosotros tuvimos incluso que trabajar con un atleta que no podía ejecutar la técnica correcta del envión o del arranque luego de una apropiada instrucción (Brewer, bajo revisión). La rapidez para aprender la técnica depende del individuo así como también de la experiencia y habilidad del entrenador.

Esto no es simplemente una discusión acerca de la técnica para el levantamiento de pesas competitivo: en cambio es algo fundamental para aquellos practicantes que están trabajando con atletas de cualquier deporte. La DKB permite que una mayor cantidad de tensión sea transferida de manera eficiente, permite una mayor transferencia de los efectos del entrenamiento a otros deportes y además es una manera segura de realizar los levantamientos con menos riesgos potenciales para la espalda (Winchester et al., 2005; Favre, 2003; Bartonietz, 1996). Por lo tanto la manera en que los entrenadores enseñen a sus atletas a realizar estos movimientos en el entrenamiento debe derivar en la ejecución correcta (doble extensión de rodillas) del levantamiento desde el comienzo del aprendizaje, de otra manera le estarán dando a sus atletas un mal servicio.

Puntos Claves

  • La tasa de desarrollo de la fuerza es un factor crucial en la generación de tensión y puede ser una característica determinante en de un rendimiento atlético superior. La mayoría de los aspectos cruciales del deporte ocurren en períodos menores a 250ms.
  • Alcanzar las mayores fuerzas en el menor tiempo posible puede producir grandes aceleraciones y por lo tanto grandes velocidades.
  • El entrenamiento para mejorar el rendimiento deportivo debería incorporar rápidos ciclos de estiramiento acortamiento en los movimientos de entrenamiento para permitir que el atleta produzca la máxima tensión posible. Esto ocurre con las acciones pliométricas, donde la fase de amortiguación tiene que ser tan rápida como sea posible.
  • El arranque y el envión son movimientos multi-articulares y multi-musculares que permiten que se generen tensiones máximas en tiempos mínimos. Estos movimientos deberían ser la piedra angular de los programas de entrenamiento deportivo diseñados para mejorar el rendimiento.
  • Para obtener los máximos beneficios del entrenamiento y transferirlos al rendimiento deportivo, se debe incorporar el ciclo de estiramiento acortamiento (pliomético) en cada acción de los levantamientos. Esto se alcanza utilizando la técnica de doble flexión de rodilla, la cual debería ser enseñada por todos los entrenadores.

REFERENCIAS

1. Bartonietz, K.E. Towards a higher training efficiency Strength & conditioning. Biomechanics of the snatch. 1996.

2. Brewer, C. Functional training for elite sports performers. UKSport world class coaching conference, Belfrey. 2003.

3. Brewer, C. Fitness for games players. Coachwise publications, Leeds, UK. 2003.

4. Brewer, C & Jevon, M. Breaking the gain line: The role of interdisciplinary sports science in elite rugby union Keynote presentation. First International conference of science and coaching in rugby Brisbane, Australia. 2003.

5. Durstine, J.L. & Davis, P. G. Specificity of Exercise training & Testing. ACSM Resource Manual for guidelines for Exercise Testing & Prescription (4th ed) New York: Lippincott, Williams & Wilkins. 2001.

6. Favre, M.W. The first pull in weightlifting movements International society for Biomenchanics in sport. Sports science coaches information service available: http://www.coachesinfo.com/category/strength_and_conditioning/322. 2004.

7. Favre, M.W. The first pull: Technique considerations sportscotland National strength and conditioning conference. Inverclyde National sports Centre. 2004.

8. Garhammer, J.J. Power production by Olympic weightlifters. Medicine & Science in Sports 12 54-60. 1980.

9. Schmidtbleicher, D. Training for power events. P.V. Komi (ed) Strength and power in sport London: Blackwell Scientific Publishers 381 –395. 1993.

10. Stone, M.H. Muscle conditioning and muscle injuries. Medicine & science in sport & Exercise 22(4) 457-462. 1990.

11. Stone, M.H. Explosive exercise & training. National Strength & Conditioning Association . 2000.

12. Stone, M.H. Training principles & theory. sportscotland National strength and conditioning conference, Inverclyde National sports Centre. 2004.

13. Stone, M.H., Moir, G., Glaister, M and Sanders, R. How much strength is necessary?.Physical Therapy in Sport 3: 88-96. 2002.

14. Stone, M.H., Plisk, S. and Collins, D. Training Principles: evaluation of modes and methods of resistance training – a coaching perspective. Sport Biomechanics 1(1): 79-104. 2002.

15. Wilk, K.E. & Reinold, M.M. Closed-kinetic-chain exercises and Plyometric activities. W.D. Bandy, & B. Sanders, (Eds.) Therapeutic exercise: Techniques for intervention Baltimore, USA: Lippincott, Williams & Wilkins. 2001.

16. Winchester, J.B., Erickson, T.M., Black, J.B. and McBride, J.M. Changes in bar-path kinematics and kinetics after power-clean training. Journal of Strength and Conditioning Research 19:177-182. 2005.

Cuánta Pausa entre Series? Una Breve Revisión

Jeffrey M. Willardson.

Kinesiology and Sports Studies Department, Eastern Illinois University, Charleston, Illinois.

RESUMEN

Hasta el momento se han llevado a cabo relativamente pocos estudios para determinar el efecto de diferentes intervalos de recuperación entre series de ejercicios para el entrenamiento con sobrecarga. El intervalo de recuperación o pausa, es esencial para restablecer el flujo sanguíneo intramuscular y el transporte de oxígeno que permitirán el restablecimiento de las reservas de fosfocreatina, la restauración del pH intramuscular, la remoción de subproductos metabólicos y la restauración del potencial de membrana a los niveles de reposo. Las recomendaciones generales respecto de la duración de los intervalos de recuperación se han basado principalmente en el objetivo de entrenamiento (e.g., potencia, fuerza, hipertrofia, resistencia muscular). Sin embargo, otros factores relacionados con la sesión de entrenamiento y las características individuales pueden hacer que se extienda o reduzca la duración de los intervalos de recuperación.

Palabras Clave: recuperación, sistemas energéticos, ejercicio con sobrecarga, prescripción del ejercicio, repeticiones.

INTRODUCCION

El entrenamiento con sobrecarga se ha vuelto una forma muy popular de entrenamiento y en la actualidad se lo considera un componente esencial del programa de acondicionamiento para cualquier atleta. Parte de lo que hace que el entrenamiento con sobrecarga haya adquirido tal popularidad y que sea tan efectivo es el sinfín de posibilidades para la selección y variación de los ejercicios. El componente más común y el más frecuentemente estudiado es el volumen de entrenamiento (3, 4). Diversos estudios han comparado las adaptaciones neuromusculares que resultan de la utilización de diferentes volúmenes de entrenamiento (i.e., series únicas versus series múltiples) (17). Sin embargo, se han llevado a cabo relativamente pocos estudios para determinar el efecto de diferentes intervalos de recuperación entre series (22, 23).

Luego de la ejecución de una serie de ejercicio con sobrecarga es necesario un cierto tiempo de recuperación, ya que el ejercicio con sobrecarga depende mayormente del metabolismo anaeróbico, y por lo tanto los músculos se fatigan relativamente rápido. El tiempo hasta el agotamiento depende de la intensidad de entrenamiento o del porcentaje de la fuerza máxima que se utilice. La mayoría de los programas de entrenamiento con sobrecarga son llevados a cabo a intensidades que se encuentran en el rango del 30% al 100% de la fuerza máxima (3, 4). Debido a que el flujo sanguíneo hacia los músculos se ve ocluido a intensidades tan bajas como el 20% de la fuerza máxima, los intervalos de recuperación son esenciales para restablecer el flujo sanguíneo intramuscular y el transporte de oxígeno que permitirán la reposición de las reservas de fosfocreatina, la restauración del pH intramuscular, la remoción de subproductos metabólicos y la restauración del potencial de membrana a los niveles de reposo (10, 22, 23). Las sesiones de entrenamiento comúnmente se prescriben en base a la carga levantada por serie, el número de series por ejercicio y el número de repeticiones por serie (3, 4). Si bien se incluye un período de recuperación entre las series, este en general se prescribe sin la debida atención o sin considerar la duración específica o el impacto que tendrá su duración sobre el rendimiento en las series subsiguientes y en las adaptaciones fisiológicas. La siguiente serie puede llevarse a cabo cuando el atleta simplemente se siente listo o en algunos casos desafortunados cuando dos atletas terminan su conversación. Debe mencionarse que cuando una conversación se extienda más allá de lo necesario para una completa recuperación, nos encontramos frente a un problema que debe resolverse inmediatamente. Para ayudar a los atletas a obtener los mejores resultados, las pausas entre las series deben ser consideradas como un aspecto que es tan importante como cualquier otro componente del programa de entrenamiento con sobrecarga. En un texto comúnmente utilizado sobre entrenamiento con sobrecarga se han realizado algunas recomendaciones generales en base a los diferentes objetivos de entrenamiento (3, 4). Por ejemplo, cuando se entrena para incrementar la potencia y la fuerza, se recomienda utilizar pausas de 2 a 5 minutos. A la inversa, se recomiendan pausas cortas, de entre 30 y 90 segundos, cuando el objetivo es la hipertrofia muscular, y menos de 30 segundos cuando el objetivo es la resistencia muscular. Estas recomendaciones generales proveen una base para la prescripción del entrenamiento con sobrecarga, pero también representan rangos relativamente amplios que pueden variar a través del ciclo de entrenamiento (23).


Figura 1. Factores que afectan la duración de los intervalos de recuperación.
Nota: Adaptado de Willardson (23). A brief review: Factors affecting the length of the rest interval between resistance exercise sets. J Strength Cond Res 20: 978–984, 2006. Reimpreso con el permiso de la National Strength and Conditioning Association, Colorado Springs, CO.

El factor central que determina la prescripción inicial del intervalo de recuperación puede ser el objetivo de entrenamiento (3, 4; ver Figura 1). Sin embargo, existen otros factores relacionados con la sesión de entrenamiento o con las características individuales que pueden hacer que se extiendan o se reduzcan los intervalos de recuperación (23). Por lo tanto, el propósito del presente artículo será discutir algunos de estos factores en el contexto de diferentes objetivos de entrenamiento entre los que se incluyen: la potencia, la fuerza, la hipertrofia y la resistencia muscular. El objetivo de este artículo será tomar diversos ejemplos extraídos de la investigación y determinar de qué manera los hallazgos de estos estudios pueden aplicarse de forma práctica.

POTENCIA MUSCULAR

La potencia muscular representa una combinación de fuerza y velocidad de la acción muscular (3, 4). El incremento en cualquiera de estos componentes puede incrementar la producción de potencia. Sin embargo, el continuo incremento en la fuerza a través del tiempo puede no derivar en incrementos en la potencia. Esto se debe a que las destrezas deportivas se realizan tan rápidamente (i.e., ≤ 250 ms) que la tasa de producción de fuerza puede eventualmente volverse más importante que la producción de fuerza absoluta (7). Para atletas avanzados que poseen altos niveles de fuerza, la estrategia más efectiva para incrementar la potencia muscular podría ser realizar levantamientos que requieran mayores velocidad y tasas de producción de fuerza. La selección apropiada de los intervalos de recuperación se vuelve crucial para mantener una alta velocidad, una alta tasa de producción de fuerza y por lo tanto una alta producción de potencia a través de la serie. Los esquemas de series y repeticiones que se producen altos niveles de fatiga pueden ser adversos para el desarrollo de la potencia debido a que al final de una serie puede producirse una reducción en la velocidad y en la tasa de producción de fuerza. Para evitar altos niveles de fatiga, una serie puede dividirse en bloques que vayan desde simples (una repetición) a triples (tres repeticiones), con períodos de recuperación entre los bloques. El objetivo sería evitar realizar una serie de repeticiones máximas hasta el fallo. Los intervalos intra-series permiten la restauración de las reservas de fosfocreatina (PCr) lo cual permite mantener altas velocidades de ejecución y altas tasas de producción de fuerza. De acurdo con Fleck y Kraemer (7), el 90% de las reservas de ATP y PCr pueden ser restauradas en 1 minuto mediante el metabolismo oxidativo. Harris et al (10) demostraron que el curso temporal de la resíntesis de PCr era bifásico, con un componente rápido (21-22 segundos) y un componente lento (más de 170 segundos). Por lo tanto, para sacar ventaja del componente rápido de la resíntesis de PCr, un atleta pude realizar bloques de 1 a 3 repeticiones con pausas de 20 segundos entre bloques; y esta estrategia puede ser un estímulo más efectivo para el desarrollo de la potencia (15). Lawton et al (15) compararon la producción de potencia por repetición en el ejercicio de press de banca llevado a cabo en forma continua con una carga de 6RM (hasta el fallo) versus otras tres condiciones en las cuales la serie fue dividida en bloques simples, dobles y triples. En la condición en la que se realizaron los bloques simples se utilizaron pausas de 20 segundos entre cada repetición, en la condición en la que se realizaron bloques dobles se utilizaron pausas de 50 segundos luego de las repeticiones 2 y 4 y en la condición en la que se realizaron bloques triples se utilizó una pausa de 100 segundos luego de la tercera repetición. En todas las condiciones en que se utilizaron bloques se observó un mayor incremento en el porcentaje de producción de potencia respecto de la condición continua. Sin embargo, la producción de potencia total fue mayor para la condición en que se utilizaron los bloques triples. Similarmente, Abdessemed et al (1), examinaron la producción media de potencia durante 10 series de 6 repeticiones máximas en el ejercicio de press de banca, realizados al 70% de 1RM y con pausas de 1, 3 y 5 minutos entre las series. Los resultados mostraron que hubo una menor reducción en la producción media de potencia cuando se utilizaron las pausas de 3 o 5 minutos en comparación a la utilización de pausas de 1 minuto entre las series.

Si se consideran conjuntamente los resultados de estos estudios indican que cuando se realizan ejercicios para el entrenamiento con sobrecarga con el objetivo de desarrollar la potencia, los mayores beneficios pueden obtenerse dividiendo las series en bloques de tres repeticiones (i.e., triples), con pausas de aproximadamente 2 minutos entre los bloques, y 3 minutos de pausas entre las series (1, 15). Este enfoque puede ser más efectivo durante las fases de puesta a punto o para el entrenamiento de la fase competitiva. La utilización de este enfoque puede evitar la acumulación excesiva de fatiga y dejar una mayor reserva energética para la práctica de las destrezas deportivas.

Entrenamiento Complejo e Intervalos de Recuperación

Los estudios previos evaluaron la producción de potencia en el contexto de un programa de entrenamiento estructurado de manera tradicional, en el cual los ejercicios para el entrenamiento con sobrecarga se realizan en días separados de los días en que se realizan los ejercicios pliométricos. Sin embargo, los entrenadores pueden utilizar el entrenamiento complejo, en el cual se combinan ejercicios con sobrecarga llevados a cabo a altas intensidades con ejercicios pliométricos en la misma sesión de entrenamiento. Éste enfoque es más eficiente en términos de tiempo, y se ha hipotetizado que provee un estimulo superior para el desarrollo de la potencia (6, 11). Los intervalos de recuperación entre los ejercicios con sobrecarga y los ejercicios pliométricos son cruciales. Por un lado, los intervalos de recuperación deben ser lo suficientemente largos como para permitir la restauración de las reservas de fosfocreatina y la consistencia mecánica de los movimientos, pero también deben ser lo suficientemente cortos como para sacar ventaja de la sostenida activación neural que permitirá la mayor producción de potencia (9). La selección de la duración apropiada para los intervalos de recuperación puede ser una tarea desafiante para los entrenadores que trabajan con varios atletas. No obstante, los estudios han indicado algunas tendencias generales que pueden utilizarse como prescripción de base. Jensen y Ebben (11) dividieron a atletas universitarios que participaban en deportes de solicitación anaeróbica (i.e., voleibol, lucha, salto en largo y en alto, lanzamiento de disco, bala y martillo) en un grupo de atletas con alto nivel de fuerza y en un grupo con bajo nivel de fuerza de acuerdo con su 1RM en el ejercicio de sentadilla. La altura en el salto con contramovimiento fue valorada antes y a los 10 segundos, 1 minuto, 2 minutos, 3 minutos y 4 minutos posteriores de realizar una serie de sentadillas con una carga de 5RM. El grupo con alto nivel de fuerza fue capaz de exceder la altura del salto pre sentadilla, con el mayor incremento medio de 7.4 cm luego de 4 minutos de recuperación. Sin embargo, el grupo con bajo nivel de fuerza no respondió tan bien con el otro grupo, con solo un incremento medio de 1.8 cm luego de 4 min de recuperación. En un estudio con un diseño similar, Comyns et al (6) observaron diferentes respuestas para hombres y mujeres. Los saltos con contramovimiento fueron llevados a cabo antes y a los 30 segundos, 2 minutos, 4 minutos y 6 minutos después de realizar una serie de sentadillas con una carga de 5RM. El mayor incremento en el tiempo de vuelo para los hombres se produjo con la pausa de 4 minutos, mientras que para las mujeres se produjo con la pausa de 2 minutos. Si se consideran conjuntamente los resultados de estos estudios, se puede sugerir que la mayor altura de salto se alcanza generalmente luego de 2 y 4 minutos de recuperación posterior a un ejercicio con sobrecarga de alta intensidad. Los intervalos de recuperación de 30 segundos o menos pueden no permitir la suficiente restauración de las reservas de fosfocreatina o pueden evitar que se saque ventaja de la sostenida excitación neural (15). El entrenamiento complejo puede ser más beneficioso para individuos que estén cerca de su pico de desarrollo de la fuerza, en donde la mejora de la tasa de desarrollo de la fuerza se vuelve el objetivo principal (11). El entrenamiento complejo puede ser más ventajoso para los hombres debido a sus mayores niveles de fuerza absoluta. Sin embargo, las mujeres pueden ser capaces de recuperarse más rápidamente luego de realizar ejercicios con sobrecarga de alta intensidad, y por lo tanto este enfoque representa una opción de entrenamiento altamente eficiente para esta población (6). A través de la cuidadosa observación y registro del rendimiento, cada entrenador puede determinar la duración óptima de los intervalos de recuperación para sus atletas y con ello conformar grupos de entrenamiento.

FUERZA MUSCULAR

Los lineamientos referentes a los intervalos de recuperación cuando se entrena para desarrollar la fuerza absoluta, son similares a los que se utilizan cuando se entrena para desarrollar la potencia muscular. Sin embargo, en contraste al entrenamiento de la potencia, el mayor incremento en la fuerza absoluta puede alcanzarse realizando ocasionalmente series de repeticiones máximas hasta el fallo (3, 4). La investigación ha demostrado que cuando se realizan series múltiples hasta el fallo, existen diferencias en las repeticiones completadas por serie en base al intervalo de recuperación entre las series (25). Willardson y Burkett (25) compararon las repeticiones realizadas en el ejercicio de press de banca durante 5 series con cargas absolutas del 50% versus el 80% de 1RM y con 1, 2 o 3 minutos de recuperación entre las series (ver Figura 2). Los resultados mostraron que hubo una continua reducción en las repeticiones realizadas entre la segunda y quinta serie y en todas las condiciones experimentales; sin embargo, la condición en la que se realizaron 3 minutos de recuperación resultó en una menor reducción de repeticiones en comparación con la utilización de 1 y 2 minutos. Debido a que el volumen total de entrenamiento es un importante estímulo para el desarrollo de la fuerza, las repeticiones adicionales completadas cuando se utilizó la pausa de 3 minutos entre las series podría indicar que vale la pena el tiempo extra de recuperación.


Figura 2. Comparación de las repeticiones medias con diferentes cargas e intervalos de recuperación. Nota: se realizaron 5 series hasta el fallo en el ejercicio de press de banca con cargas del 50% y 80% de 1RM, y con 1, 2 o 3 minutos de recuperación entre las series. Las columnas representan la declinación media en las repeticiones a través de las series consecutivas.
Adaptado de Willardson and Burkett (25). The effect of rest interval length on bench press performance with heavy versus light loads. J Strength Cond Res 20: 400–403, 2006. Reimpreso con el permiso de la National Strength and Conditioning Association, Colorado Springs, CO.

Esta teoría fue respaldada por un estudio llevado a cabo por Robinson et al (18), quienes compararon el incremento en la fuerza en el ejercicio de sentadillas, luego de 5 semanas de entrenamiento con sobrecarga en el que se utilizaron pausas de 30 segundos, 90 segundos o 3 minutos (ver Figura 3). El mayor incremento en la fuerza fue exhibido por el grupo que utilizó pausas de 3 minutos, seguido secuencialmente por los grupos que utilizaron pausas de 90 segundos y 30 segundos. Los autores concluyeron que las pausas de 3 minutos permitieron el mantenimiento de la intensidad de entrenamiento, lo cual derivó en un mayor incremento en la fuerza. A la inversa, Willardson y Bukett (26) no hallaron diferencias en el incremento en la fuerza luego de 13 semanas de entrenamiento en dos grupos que utilizaron pausas de 2 y 4 minutos entre las series. Sin embargo, el grupo que utilizó pausas de 4 minutos realizó consistentemente más repeticiones por serie en el ejercicio de sentadillas, a pesar de que la intensidad fue la misma en ambos grupos. Estos resultados sugieren que las repeticiones adicionales no hacen la diferencia en términos del incremento de la fuerza. Ahtiainen et al (2) sugirieron que luego de que se alcanza un cierto umbral de volumen, la duración de las pausas entre las series no hace una contribución sistemática a la respuesta neuromuscular. Los sujetos pueden haber alcanzado el umbral de volumen necesario para ganar cierta cantidad de fuerza (en base a su experiencia de entrenamiento), lo cual redujo la importancia de incluir pausas de mayor duración entre las series. Si se consideran conjuntamente, los resultados de estos estudios indican que los intervalos de recuperación entre las series deberían basarse en los años de experiencia en el entrenamiento de la fuerza de cada individuo (2, 18, 25, 26). Para experimentar un incremento continuo en la fuerza máxima, los atletas avanzados deberían realizar progresivamente mayores volúmenes de entrenamiento (3, 4). Para alcanzar un volumen dado, se pueden prescribir inicialmente pausas de mayor duración (e.g., 4 a 5 minutos), hasta que el individuo se haya adaptado fisiológica y psicológicamente y sea capaz de realizar el mismo volumen de entrenamiento con menores períodos de recuperación entre las series (e.g., 2 a 3 minutos). Este enfoque puede permitir el mantenimiento de altas intensidades de entrenamiento y del número de repeticiones en las subsiguientes series, lo que en definitiva derivará en mayores ganancias de fuerza.

Tamaño Muscular y Rol de los Músculos Sinergistas

La capacidad de recuperación entre las series puede depender del tipo de acción muscular realizada (21). La mayoría de las series llevadas a cabo por los atletas involucran acciones tanto concéntricas como excéntricas de los músculos principales. Sin embargo, otros músculos pueden estar actuando isométricamente como estabilizadores o para posicionar segmentos del cuerpo en forma apropiada y así evitar la posibilidad de una lesión. Los movimientos de alta intensidad, tales como las sentadillas, el peso muerto, el press de hombros de pie, y el curl con barra requieren de acciones musculares isométricas de la musculatura del núcleo y de los flexores del antebrazo. Los flexores del antebrazo pueden ser un vínculo débil para movimientos tales como el peso muerto o los encogimientos de hombros. Por ejemplo, los atletas pueden no ser capaces de trabajar los músculos principales (e.g., glúteo máximo, isquiotibiales, erectores de la columna y trapecios) debido a que los flexores del antebrazo no se recuperaron lo suficientemente como para poder sostener la barra o las mancuernas. Stull y Clark (21) utilizaron un dispositivo para medir la fuerza de prensión palmar y comparar el tiempo de recuperación de la fuerza máxima de los flexores del antebrazo luego de la realización de acciones musculares dinámicas e isométricas. La recuperación luego de las acciones dinámicas (~ 2 minutos) fue más rápido que luego de las acciones isométricas (~ 4 minutos). Los autores sugirieron que se requieren mayores períodos de recuperación luego de realizar acciones isométricas debido al más lento restablecimiento del flujo sanguíneo intramuscular. Estos resultados indican que para ejercicios tales como el peso muerto o los encogimientos de hombros llevados a cabo con altas intensidades, las pausas de 4 minutos entre las series podrían ser ventajosas y podrían contribuir indirectamente a obtener mayores ganancias de fuerza en los músculos principales. Para lanzadores de béisbol y atletas de otros deportes (i.e., deportes que se juegan con raqueta), en el cual una mayor fuerza isométrica de prensión puede ser ventajosa para el rendimiento, se deberían prescribir pausas largas de recuperación entre las series con el objetivo de asegurar la adecuada recuperación y la producción de fuerza máxima en las series subsiguientes.


Figura 3. Comparación de las ganancias medias en la fuerza en el ejercicio de sentadilla con diferentes intervalos de recuperación. Nota: En la figura se muestra la fuerza media en el ejercicio de sentadilla antes (rojo) y después (amarillo) de cinco semanas de entrenamiento de la fuerza con pausas de 30 segundos, 90 segundos y 3 minutos entre las series.
Adaptado de Adapted from Robinson et al. (18). Effects of different weight training exercise/rest intervals on strength, power, and high intensity exercise endurance. J Strength Cond Res 9: 216–221, 1995. Reimpreso con el permiso de la National Strength and Conditioning Association, Colorado Springs, CO.

HIPERTROFIA MUSCULAR

Esta característica es probablemente la más buscada por los levantadores recreacionales, especialmente por los hombres jóvenes. Sin embargo, el incremento del tamaño muscular puede ser beneficioso para algunos atletas, y puede ser el foco principal del entrenamiento durante el período de transición en ciertas posiciones de algunos deportes (e.g., los linieros en el fútbol americano). La selección de la duración apropiada para las pausas entre las series es de suma importancia para provocar la máxima respuesta hipertrófica. Existen estudios que han comparado las respuestas hormonales luego de protocolos que implicaban la realización de diferentes números de repeticiones por serie y de diferentes intervalos de recuperación entre las series- Kraemer et al (12) demostraron que un protocolo para el desarrollo de la hipertrofia que implicaba la realización de tres series de 10RM en ocho ejercicios, con pausas de 1 minuto producían un mayor incremento agudo en la hormona de crecimiento (GH) que un protocolo que implicaba la realización de cinco series de 5RM en cinco ejercicios con 3 minutos de pausa entre las series. Del mismo modo, Goto et al (8) demostraron que el incremento agudo en la hormona de crecimiento, fue mayor luego de la realización de un protocolo característico para el desarrollo de la hipertrofia que luego de la realización de un protocolo característico para el desarrollo de la fuerza. El protocolo para el desarrollo de la hipertrofia implicaba la realización de 3 series en los ejercicios de extensiones de rodillas y prensa de piernas, con 30 segundos de pausa entre las series, y con una reducción progresiva en la carga tal que se pudieran completar 10-15 repeticiones en cada serie. A la inversa, el protocolo para el desarrollo de la fuerza implicó la realización de 5 series de 3 a 5 repeticiones en los mismos ejercicios y con tres minutos de pausa entre las series. Cuando se consideran conjuntamente, los resultados de estos estudios indican que la prescripción de ejercicios para el desarrollo de la hipertrofia debería involucrar una combinación de cargas moderadas a altas (i.e., 10-15 RM) con intervalos de recuperación relativamente cortos entre las series (i.e., 30 segundos a 1 minuto) (5, 8, 12). Un punto clave es que las series subsiguientes deberían comenzar a realizarse antes que se haya producido la completa recuperación. Por lo tanto, el énfasis debe hacerse en estresar el sistema glucolítico, evidenciado por el incremento de la concentración de lactato en los músculos para amortiguar la acidosis metabólica. Debido a que se están utilizando períodos de recuperación relativamente cortos entre las series, cabe la posibilidad de que sea difícil mantener la intensidad absoluta a través de las subsiguientes series. En dichos casos, la carga puede reducirse para que las repeticiones no sean menos de 10-15 por serie. Otro punto clave es que las repeticiones deberían realizarse hasta el punto de alcanzar el fallo muscular. Linnamo et al (16) demostraron mayores incrementos agudos en la hormona de crecimiento y en la testosterona con un protocolo en el que los sujetos entrenaron hasta el agotamiento con cargas de 10RM y en comparación con un protocolo en el que los sujetos no entrenaron hasta el agotamiento con cargas del 70% de 10RM. Cada protocolo involucró 5 series en los ejercicios de abdominales, press de banca, y prensa de piernas con 2 minutos de recuperación entre la series. Sin embargo, se debe tener la precaución de no entrenar hasta el fallo en forma repetida durante períodos prolongados de tiempo debido al potencial sobreentrenamiento y agotamiento psicológico.

Un entrenador debe permitir que un atleta se adapte gradualmente a las demandas de realizar sesiones de entrenamiento con pausas cada vez más cortas. Estas adaptaciones pueden involucrar tanto ajustes a nivel psicológico (i.e., percepción de la fatiga), como fisiológicos (i.e., incremento en la densidad capilar y mitocondrial y de la capacidad amortiguadora). Kraemer et al (13) hallaron que el entrenamiento a largo plazo del tipo fisicoculturista crea una mayor resistencia a la fatiga, lo cual le permitió a los sujetos de su estudio mantener una intensidad relativamente alta durante la realización de los ejercicios de press de banca y prensa de piernas con 10 segundos de recuperación entre las series. Durante las fases de hipertrofia los entrenadores pueden comenzar prescribiendo pausas de dos minutos entre las series y luego reducir progresivamente la duración de las pausas a un minuto o menos.

RESISTENCIA MUSCULAR

El entrenamiento de la resistencia muscular es similar al entrenamiento de la hipertrofia en que el énfasis es alcanzar altos niveles de fatiga a través de cortos intervalos de recuperación entre las series. Debido a que la resistencia muscular se define como la capacidad para mantener acciones musculares submáximas, el principio de la especificidad del entrenamiento dicta que el entrenamiento debería involucrar pausas cortas entre las series (3, 4). La resistencia muscular puede medirse tanto en términos absolutos (repeticiones realizadas con una masa dada) y relativos (repeticiones realizadas con un porcentaje de 1RM). El incremento en la fuerza máxima ha mostrado tener un mayor efecto en la resistencia muscular absoluta que sobre la resistencia muscular relativa. Las mejoras en la resistencia muscular relativa requieren de un mayor número de repeticiones por serie (i.e., 12) conjuntamente con menores pausas entre las series (i.e., ≤ 30 segundos). Debido al menor tiempo de recuperación, la realización de un alto número de repeticiones por serie no es posible si no se reduce la carga en las series consecutivas. Si la carga no se reduce, entonces el trabajo puede no proveer el estímulo óptimo para desarrollar la resistencia muscular debido a que las repeticiones tienden a reducirse y caer en la zona de desarrollo de la fuerza y la hipertrofia (5). Esto se vio reflejado en un estudio llevado a cabo por Willardson y Burkett (24), quienes compararon las repeticiones realizadas en el ejercicio de press de banca versus las realizadas en el ejercicio de sentadillas a través de 5 series con una carga absoluta de 15RM, y con pausas de 30 segundos, 1 minuto y 2 minutos entre las series (ver Figura 4). En todas las condiciones experimentales, los sujetos fueron capaces de realizar más repeticiones en el ejercicio de sentadillas que en el ejercicio de press de banca. Sin embargo, ninguno de los sujetos fue capaz de completar las 15 repeticiones en todas las series. Por ejemplo, con las pausas de 30 segundos, en la quinta serie, el número de repeticiones realizado había caído a aproximadamente 6 para la sentadilla y 2 para el press de banca. Por lo tanto, para desarrollar la resistencia muscular, se debería hacer hincapié en el mantenimiento de las repeticiones dentro de la zona apropiada para esto.

Los estudios que han examinado el incremento en la resistencia muscular con el entrenamiento con sobrecarga han arribado a resultados controversiales. Robinson et al (18) demostraron mayores incrementos en la resistencia durante el ejercicio de ciclismo de alta intensidad luego la realización de 5 semanas de entrenamiento con sobrecarga que involucró pausas de 30 segundos en comparación a cuando se utilizaron pausas de 90 segundos y 3 minutos entre las series (ver Figura 5). A la inversa, Kulling et al (14) hallaron mayores incrementos en la resistencia durante el ejercicio de press de banca luego de 12 semanas de entrenamiento con sobrecarga que involucró pausas de 90 segundos y en comparación al entrenamiento que involucró pausas de 30 segundos entre las series. La diferencia en los resultados de estos estudios podría atribuirse a diferencias en los niveles de entrenamiento de los sujetos; esto es Robinson et al (18) utilizaron sujetos moderadamente entrenados y Kulling et al (14) utilizaron hombres y mujeres desentrenados. Cuando se consideran conjuntamente, los resultados de estos estudios indican que los individuos desentrenados podrían responder mejor si utilizan pausas más largas (≤ 90 segundos) que eviten un alto nivel de acidosis metabólica y un menor distrés psicológico, mientras que los individuos entrenados pueden requerir pausas más cortas (≤ 30 segundos).


Figura 4. Comparación de las repeticiones medias realizadas en los ejercicios de press de banca y sentadillas. Nota: Se realizaron 5 series de 15RM en los ejercicios de press de banca (BP) y sentadillas (SQ) hasta el fallo muscular, y con pausas de 30 segundos, 1 minuto y 2 minutos entre las series. Las columnas representan la declinación media en las repeticiones realizadas a lo largo de las series consecutivas.
Adaptado de Willardson and Burkett (24). The effect of rest interval length on the sustainability of squat and bench press repetitions. J Strength Cond Res 20: 396–399, 2006. Reimpreso con el permiso de la National Strength and Conditioning Association, Colorado Springs, CO.


Figura 5. Comparación de la resistencia muscular media con diferentes intevalos de recuperación. Nota: Resistencia media en ciclismo de alta intensidad antes (rojo) y después (amarillo) de 5 semanas de entrenamiento con sobrecarga con pausas de 30 segundos, 90 segundos y 3 minutos entre las series.
Adaptado de Robinson et al. (18). Effects of different weight training exercise/rest intervals on strength, power, and high intensity exercise endurance. J Strength Cond Res 9: 216–221, 1995. Reimpreso con permiso de la National Strength andbr Conditioning Association, Colorado Springs, CO.

CONCLUSIONES

El intervalo de recuperación entre las series es un componente muy importante de la sesión de entrenamiento y que debería recibir una mayor atención a la hora de prescribir ejercicios con sobrecarga. La manipulación de este componente puede determinar el grado en el cual un atleta alcanzará las adaptaciones relacionadas con la potencia, la fuerza, la hipertrofia y la resistencia muscular. Sin embargo, la prescripción de la duración apropiada de los intervalos de recuperación debe hacerse conjuntamente con la apropiada prescripción de los otros componentes del entrenamiento con sobrecarga, tales como la intensidad y el número de repeticiones. Los entrenadores tienen la enorme responsabilidad de llevar registros y prescribir ejercicios para un gran número de atletas. Una sugerencia para el monitoreo de los intervalos de recuperación entre las series, podría ser comparar varios cronómetros digitales con cuenta regresiva. Estos cronómetros podrían colocarse junto a los racks para sentadillas o en las plataformas para realizar levantamientos.

De esta manera, los atletas tendrían la responsabilidad de ajustar los cronómetros y realizar la siguiente serie en el tiempo establecido. Los estudios presentados en este artículo respaldan las recomendaciones generales para la prescripción de intervalos de recuperación entre las series. En general, los intervalos más prolongados (i.e., 2-5 minutos) se prescriben para el entrenamiento de la potencia y la fuerza. Esto permite una mayor recuperación y el mantenimiento de la producción de fuerza y de la tasa de desarrollo de la fuerza. A la inversa, cuando se entrena para desarrollar la resistencia muscular y la hipertrofia, se prescriben pausas más cortas (i.e., 30 a 90 segundos). Esto permite que se alcance un mayor niel de fatiga muscular que estimula la liberación aguda de altos niveles de hormonas anabólicas y el incremento de la capacidad amortiguadora. Sin embargo, estas recomendaciones generales pueden variar de acuerdo con diversos factores (ver Figura 1). Los entrenadores pueden utilizar la información presentada en este artículo para ajustar la duración de las pausas en base a las características de la sesión de entrenamiento y en base a las necesidades individuales de sus atletas.

Un aspecto importante para las futuras investigaciones sería determinar el órden de los ejercicios realizados en una sesión y su interacción con el intervalo de recuperación entre las series. La duración de los intervalos de recuperación entre las series puede depender de si un ejercicio es realizado al comienzo o al final de la sesión. Sforzo y Touey (19) observaron una declinación del 22% en el trabajo total (carga 3 repeticiones) en la primera serie de sentadillas si esta estaba precedida de la realización de extensiones y flexiones de rodillas. Similarmente, Spreuwenberg et al (20) observaron una reducción del 32% en las repeticiones totales realizadas en la primera serie de sentadillas cuando esta estaba precedida de un entrenamiento en circuito que incluía ejercicios tales como estocadas, peso muerto con rodillas extendidas y tirones colgantes. Las futuras investigaciones podrían hallar que la inclusión de períodos de recuperación más largos al final de un trabajo puede ser ventajosa para mantener la intensidad y las repeticiones realizadas por serie a medida que se acumula la fatiga.

REFERENCIAS

1. Abdessemed, D, Duche, P, Hautier, C, Poumarat,G, and Bedu,M. Effect of recovery duration on muscular power and blood lactate during the bench press exercise. Int J Sports Med 20: 368–373. 1999.

2. Ahtiainen, JP, Pakarinen, A, Alen, M, Kraemer, WJ, and Ha¨ kkinen, K. Short vs. long rest periods between the sets in hypertrophic resistance training: Influence on muscle strength, size, and hormonal adaptations in trained men. J Strength Cond Res 19: 572–582. 2005.

3. American College of Sports Medicine. Position stand: Progression models in resistance training for healthy adults. Med Sci Sports Exerc 34: 364–380. 2002.

4. Baechel, TR, Earle, RW, and Wathen, S. Resistance training. In: Essentials of Strength Training and Conditioning. Beachle, TR and Earle, RW, eds. Champaign, IL: Human Kinetics, pp. 395–425. 2000.

5. Campos, GER, Luecke, TJ, Wendeln, HK, Toma, K, Hagerman, FC, Murray, TF, Ragg, KE, Ratamess, NA, Kraemer, WJ, and Staron, RS. Muscular adaptations in response to three different resistance training regimens: specificity of repetition maximum training zones. Eur J Appl Physiol 88: 50–60. 2002.

6. Comyns, TM, Arrison, AJ, Hennessy, LK, and Jensen, RL. The optimal complex training rest interval for athletes from anaerobic sports. J Strength Cond Res 20: 471–476. 2006.

7. Fleck, SJ and Kraemer, WJ. Designing Resistance Training Programs. Champaign, IL: Human Kinetics. 1987.

8. Goto, K, Nagasawa, M, Yanagisawa, O, Kizuka, T, Ishii, N, and Takamatsu, K. Muscular adaptations to combinations of high and low intensity resistance exercises. J Strength Cond Res 18: 730–737. 2004.

9. Gullich, A and Schmidtbleicher, D. MVCinduced short-term potentiation of explosive force.New Studies Athl 11: 67–81. 1996.

10. Harris, RC, Edwards, RHT, Hultman, E, Nordesjo, LO, Nylind, B, and Sahlin, K. The time course of phosphocreatine resynthesis during the recovery of quadriceps muscle in man. Pflugers Arch 97: 392–397. 1976.

11. Jensen, RL and Ebben, WP. Kinetic analysis of complex training rest interval effect on vertical jump performance. J Strength Cond Res 17: 345–349. 2003.

12. Kraemer, WJ, Marchitelli, L, Gordon, SE, Harman, E, Dziados, JE, Mello, R, Frykman, P, McCurry, D, and Fleck, SJ. Hormonal and growth factor responses to high intensity resistance exercise protocols. J Appl Physiol 69: 1442–1450. 1990.

13. Kraemer, WJ, Noble, BJ, Clark, MJ, and Culver, BW. Physiologic responses to high intensity-resistance exercise with very short rest periods. Int J Sports Med 8: 247–252. 1987.

14. Kulling, FA, Hardison, BH, Jackson, BH, and Edwards, SW. Changes in muscular endurance from different rest periods between sets in a resistance training program. Med Sci Sports Exerc 31(5): Supplement: S116, May. 1999.

15. Lawton, TW, Cronin, JB, and Lindsell, RP. Effect of interrepetition rest intervals on weight training repetition power output. J Strength Cond Res 20: 172–176. 2006.

16. Linnamo, V, Pakarinen, A, Komi, PV, Kraemer, WJ, and Ha¨ kkinen, K. Acute hormonal responses to submaximal and maximal high intensity resistance and explosive exercise in men and women. J Strength Cond Res 19: 566–571. 2005.

17. Rhea, MR, Alvar, BA, Burkett, LN, and Ball, SD. A meta-analysis to determine the dose response for strength development. Med Sci Sports Exerc 35: 456–464. 2003.

18. Robinson, JM, Stone, MH, Johnson, RL, Penland, CM, Warren, BJ, and Lewis, RD. Effects of different weight training exercise/ rest intervals on strength, power, and high intensity exercise endurance. J Strength Cond Res 9: 216–221. 1995.

19. Sforzo, G and Touey, PR. Manipulating exercise order affects muscular performance during a resistance exercise training session. J Strength Cond Res 10: 20–24. 1996.

20. Spreuwenberg, LPB, Kraemer, WJ, Spiering, BA, Volek, JS, Hatfield, DL, Silvestre, R, Vingren, JL, Fragala, MS, Hakkinen, K, Newton, RU, Maresh, CM, and Fleck, SJ.Influence of exercise order in a resistance-training exercise session. J Strength Cond Res 20: 141–144. 2006.

21. Stull, GA and Clarke, DH. Patterns of recovery following isometric and isotonic strength decrement. Med Sci Sports 3: 135–139. 1971.

22. Weiss, LW. The obtuse nature of muscular strength: The contribution of rest to its development and expression. J Appl Sports Sci Res 5: 219–227. 1991.

23. Willardson, JM. A brief review: Factors affecting the length of the rest interval between resistance exercise sets. J Strength Cond Res 20: 978–984. 2006.

24. Willardson, JM and Burkett, LN. The effect of different rest intervals between sets on volume components and strength gains. J Strength Cond Res 22: 146–152. 2008.

25. Willardson, JM and Burkett, LN. The effect of rest interval length on the sustainability of squat and bench press repetitions. J Strength Cond Res 20: 396–399. 2006.

26. Willardson, JM and Burkett, LN. The effect of rest interval length on bench press performance with heavy versus light loads. J Strength Cond Res 20: 400–403. 2006.